Preparándonos para más que una olimpiada

1 Corintios 9:24-25
¿No sabéis que los que corren en el estadio, todos a la verdad corren, pero uno solo se lleva el premio? Corred de tal manera que lo obtengáis. Todo aquel que lucha, de todo se abstiene; ellos, a la verdad, para recibir una corona corruptible, pero nosotros, una incorruptible.

Este versículo no puede estar mas ad-hoc a la temporada de juegos olímpicos jejeje. Todos los atletas son dignos de admirarse, son personas tan dedicadas a lo que hacen, que se guardan de todo lo que pueda contaminarles o serles de tropiezo en su camino a las olimpiadas. Las olimpiadas es donde verán el fruto de su trabajo cristalizado y si es posible podrán ser los ganadores de la preciada medalla de oro la cual los acredita como el mejor atleta en su disciplina

¿Pero después de las olimpiadas que pasará? por supuesto una gran recepción en sus países, entrevistas en periodicos, radio, television, internet, revistas… y luego de un mes, dos meses? seamos sinceros, lo que viene es el olvido. Nadie se acordará de los pobres deportistas hasta dentro de 4 años más, eso si tienen la fortuna de volver a ser seleccionados, y sus medallas, muy bonitas colgadas en sus casas guardando un poquito de tierra, no me malentiendan, yo quisiera una medalla de cualquier cosa jajaja, pero despues de la gloria pasajera no quedarán mas que algunos recuerdos por contar a los nietos y ya

Pablo nos exhorta a que veamos a los atletas como un ejemplo de lo que debe suceder en nuestras vidas espirituales, debemos prepararnos para la lucha constantemente, debemos de abstenernos de lo que sepamos que puede causarnos una caída, debemos ejercitar a ese hombre interior al cual Dios le dió vida

Ayuno, oracion, servicio, sabiendo que Dios es quien nos esta viendo y al final de todo nos otorgará una verdadera presea indestructible junto con un gozo que jamás terminará de emanar

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